BUENAS PRÁCTICAS DE LA JARDINERÍA ÉTICA

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A continuación se exponen algunas buenas prácticas propuestas por la jardinería ética. Este apartado no quiere ser un “libro de recetas”. Cada jardín es diferente y presentará circunstancias particulares. La realidad de cada caso se impone. Por eso somos conscientes de que lo que se propone aquí son aspectos a considerar para poder tender hacia una jardinería ética. Obviamente pueden ser muchas más en función de la creatividad de los jardineros/as. La jardinería ética debe construirse con la participación y experiencias que vayan realizándose entre todos y todas:

Diseño
Favorecer un diseño de jardín con diversificación de ambientes.

Intentar dejar que el jardín crezca de forma natural, respetando el porte de las especies vegetales y considerando el tamaño final que alcanzarán. En ocasiones esta característica está mal planificada o no se ha tenido en cuenta e implica que posteriormente haya que trasplantar algún individuo que se ha plantado demasiado cerca de otro, con el riesgo de muerte o que directamente se arranque del jardín y el individuo muera. Recordamos aquí que el respeto a la vida es un valor y principio primordial en el jardín ético.

En el diseño de jardines se intentará agrupar las plantas por hidrozonas, es decir, agrupar las especies vegetales con requerimientos hídricos similares en una misma zona. Así se facilitará la gestión del riego y una mayor eficiencia, facilitando que cada planta reciba la cantidad de agua que necesita.

Plantas
Utilizar preferiblemente plantas autóctonas. Las especies autóctonas se cultivarán por semilla o métodos de reproducción asexual como esquejes, etc. No se deben trasplantar individuos, que por algo se encuentran en el sitio donde están. Tampoco se deben utilizar organismos modificados genéticamente.

Romper con el término malas hierbas, incorporando las hierbas adventicias al jardín.

Replantear la utilización de plantas de flor de temporada. En caso de utilizarlas, procurar utilizar las que sean de origen ecológico y se presenten en contenedores orgánicos, para que se generen menos residuos plásticos.

Prestar especial atención a las temporadas adecuadas de plantación de las especies vegetales. Una plantación en una época no conveniente en un formato a raíz desnuda o en cepellón, puede conllevar la muerte de la especie vegetal.

Céspedes
En la creación y recebo de céspedes tender a utilizar principalmente céspedes autóctonos, rústicos, más resistentes al estrés hídrico y que incluyan especies que fijen el nitrógeno al suelo.

Maquinaria
Desaconsejar la utilización de maquinaria por su uso de combustibles fósiles, conscientes del impacto ambiental negativo que causan, la contaminación atmosférica que contribuyen al efecto invernadero y las repercusiones sociales negativas, incluidos conflictos y guerras, que generan. Además pueden producir contaminación acústica y contienen elementos que pueden producir vertidos contaminantes como líquido de frenos, refrigerantes, etc.

Planificar los recorridos en vehículos para intentar optimizar el gasto de combustible. en el transporte.

Tener en cuenta también el gasto ambiental en la adquisición de la herramienta, maquinaria y material necesario, de forma que considere criterios de durabilidad, de cuidado y de contaminación en su producción. Además debe procurar su bajo consumo de combustibles fósiles, aceites, etc. y que se minimice la contaminación que produzca su utilización.

Realizar una revisión regular de maquinaria, herramienta, sistema de riego y equipos, puede evitar accidentes laborales y reducir el consumo de combustible y aceite y el impacto sobre las especies vegetales y fauna del jardín. El mantenimiento preventivo es fundamental para prevenir averías y optimizar la herramienta y maquinaria.

Mantenimiento
Relativizar la realización de labores de desbroce, ya que conlleva un gasto importante de aceites y de combustible fósil y de que no respeta el ciclo vital de las especies vegetales. Éstas pronto volverán a crecer, siendo necesario realizar varios ciclos de desbroce anuales. Aplicar la creatividad a estas labores, bien con desbroce manual con guadaña o bien mediante la ordenación y dimensionado de los espacios a desbrozar, o bien mediante el cambio de criterios estéticos que incorporen la flora autóctona a los jardines pueden ayudar a disminuir el desbrozado mecánico de la vegetación en los jardines.

Relativizar el corte de césped. Sin renunciar a que el césped desempeñe las funciones para las que ha sido implementado, debe intentar aumentar la altura de corte. Así se producirán muchas ventajas ambientales y de gestión en el jardín. Reducirá así el uso de combustibles fósiles y de aceite, la planta aumentará la profundidad de su raíz, resistiendo así mejor al estrés hídrico, generaremos menos residuos orgánicos, la planta estará más protegida frente a ataques patógenos, será necesario abonar menos, etc. En superficies pequeñas pueden emplearse cortacéspedes manuales, sin consumo de combustibles fósiles. Se recomienda que el cortacésped deje los restos troceados en el mismo jardín, así se cerrará el ciclo de la materia y se abonará menos.

Las hojas caídas fundamentalmente en otoño hay que valorar si se dejan en el jardín o no, según sea el tipo de jardín o zona verde y la labora que desempeñen. Hay que procurar que se queden allí. Cuando se descompongan cierran el ciclo de la materia orgánica. En sitios transitados pueden ser peligrosas por caídas. Entonces hay que valorar su retirada. No dar por supuesto, porque todos lo hacen, que hay que retirarlas sí o sí y siempre.

Realizar sólo podas de formación, evitando las podas drásticas y la topiaria, siempre sin renunciar al objetivo estético.

Abonar principalmente con abono orgánico, generado a partir de excrementos animales o compostaje. Si se utilizan abonos minerales, es preferible consumir los de origen natural.

Desaconsejar la utilización de biocidas, de abonos sintéticos y de las sustancias que puedan causar un efecto negativo sobre los diferentes elementos del medio natural, sobre hábitat y sobre las especies. En caso de necesidad, utilizar los de certificación ecológica.

Residuos
Evitar el uso de plásticos. Intentar utilizar envases fabricados con materiales reciclados, biodegradables o que faciliten su gestión. Reducir envoltorios, cajas, etc. sin utilidad.

En la plantación de especies en contenedor, utiliza las que se presenten en contenedores biodegradables.

Elegir materiales sin tratamientos o con tratamientos no tóxicos ni peligrosos.

Manejar y gestionar de forma adecuada los residuos, emisiones y vertidos para evitar daños ambientales y a la salud de las personas.

Evitar el uso de aerosoles.

Gestionar los residuos orgánicos para compostarlos, incluyendo tierras y sustratos obtenidos en la gestión jardinera. De esta forma se ayuda a cerrar el ciclo de la materia orgánica.

Recursos
Utilizar, en lo posible, materiales y productos con certificación ecológica y producidos por colectivos desfavorecidos.

Procurar no utilizar turbas ni sustratos donde se esté generando un impacto ambiental en su extracción.

Si se utiliza geotextiles y material cobertor, procurar que sean de tipo orgánico, para que puedan descomponerse una vez hayan cumplido su función, y cerrar así el ciclo de la materia orgánica.

Suelo
Evitar modificaciones de la topografía que puedan favorecer la pérdida de suelo por erosión.

Tender a no cambiar las propiedades estructurales ni físico-químicas del suelo, intentando buscar especies vegetales que se adapten a sus características, más que cambiar el suelo para que se adapte a los requerimientos las especies que hemos elegido. También procurará que esté el menor tiempo posible sin cobertura vegetal, para evitar la erosión.

Riego
Utilizar sistemas de riego eficientes. Se intentará contar con sensores de lluvia. Además, siempre que sea posible se intentará almacenar en depósitos el agua de lluvia, para poder utilizarla en el riego de las especies vegetales.

Prevención de riesgos
Utiliza los Equipos de protección individual (EPIs) necesarios.

Ropa de trabajo: asegurar que todo el proceso de producción se ha hecho cumpliendo criterios ambientales y sociales.

Social
Utilizar el jardín como elemento de dinamización sociocultural, de integración, proponiendo actividades en él.

Utilizar el medio ambiente que nos proporcionan los jardines para promover la Educación Ambiental de la población, bien de manera informal o mediante programas específicos que ayuden a hacer comprender a las personas su relación con el medio natural y la manera correcta de relacionarse con él.

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